domingo, 24 de junio de 2012

Los Primeros Encuentros



Ahora que estoy en la casa de la playa, se viene a mi memoria buenos y calentones recuerdos. Acaba de pasar un colibrí y está en las flores de la terraza, está el día con un sol brillante, hay viento que hace muchas olas, el ruido que se siente es fuerte, pero me gusta.

En los tantos viajes a la playa, que hicimos con mi ex, hacíamos todo con lo que iniciaba el post anterior y pasamos todo el finde (fin de semana, para los amigos foráneos), encamados teniendo sexo y sólo salíamos a prepararnos algo de comer o al baño. Que manera de ….
Para mi eran de esas veces que sientes que no tienes restricciones. Todo estaba permitido, por lo que das rienda suelta a la lujuria y fantasías (nada exótico, sólo me quedé con las ganas de probar entre 3, jaja).

Bueno, volviendo al tema, me era muy placentero estar en bolas con mi partner e ir mirando y descubriendo el cuerpo masculino de otro, centímetro a centímetro, yo a él y él a mi.

Era como ser protagonista de una porno (lástima que no teníamos una cámara ahí), porque me hubiese excitado aún más si nos hubiesen filmado. (¿tendré alma de pornostar, porque por el largo no califico, (sólo los normalitos 15 cms. no más), aunque por el grosor diría que sí. Ja-ja.

Contorsiones, posturas diferentes y sentir que te faltan manos para agarrar por aquí y por allá. Definitivamente el órgano sensual por excelencia (aunque no lo creas), es la lengua; lo que te hace sentir descubrir el cuerpo con la lengua es orgásmico (eso siento que me falta cuando me pajeo).

A mi me gusta ser masculino y me gusta que sean igual. Con esto de masculino me refiero a no depilarse, me gustan peludos, no monos hasta con la espalda peluda, pero peludos. Los Bears (osos), son más bien, entraditos en carne y peludos, pero no son del tipo que me gusten. Los muy muy flacos, tampoco (mi ex se puso casi anoréxico que parece fósforo y debo reconocer que disminuyó muchísimo mi calentura por él), aunque a los flacos se les ve más grande el paquete. Los muy musculados, tampoco. Me atraen los normalitos, con algún músculo por ahí, delineado. Eso es un ideal.

Bueno, parecido a eso, pero sin músculos delineados y pasado un par de kilos, era mi ex, cuando lo conocí. Por eso disfrutaba de su desnudez, su excitación, su erección. Reconozco que me gusta mucho ver el pene en estado de flaccidez, natural, después de una ducha con agua caliente. 


En un período voyerista que tuve, justo cuando conocí a mi ex, que fue por la ayuda de un amigo (después les daré más detalles); tenía aquí en la playa, un agujero en mi pieza que colindaba con el baño, justo en frente de la ducha y me “cuatié” a varios weones que vinieron para acá. Fue un período como de 3 años y vi varios picos, incluso a algunos haciéndose sendas pajas. Hubo varias veces que mientras miraba por el hoyo en la pared, me calentaba tanto, que me mojaba con mucho líquido preseminal, apenas me tocaba, eyaculaba ahí mismo.

De esa forma fueron las primeras veces que vi desnudo a mi ex. Sin saber si era gay o no, lo invité a la playa y compartimos la misma pieza, pero en camas separadas. Él usaba pijama, yo no, pero me dejé los calzoncillos. Al despertar le dije que se fuera a duchar el primero, y así poder mirarlo a escondidas. Fue a ducharse y lo miré desde que entró, pero se puso a afeitar primero. Yo estaba con el corazón que se me salía de caliente. De pronto, se para frente a la ducha, o sea me queda dando la espalda y da el agua, espera que comience a salir caliente y se desnuda. Le vi el culo muy peludo y mientras levantaba una pierna para sacarse los pantalones del pijama le pude ver la bolas que también eran peludas.
 
A eso yo estaba, tan mojado, que parecía que me hubiese corrido ya, pero me aguantaba para esperar verlo de frente. Los minutos se hacían interminables y yo por cada segundo que pasaba iba comenzando a jadear cada vez más. De repente, siento que corta el agua, y a mi se me cortó la respiración, pasan 3 o 4 segundos y abre la cortina de la ducha y lo vi, peludo, mucho pendejo, flaccido, dilatado, con la punta del glande asomado el resto cubierto por el prepucio, sus bolas apretadas. Me quedé inmóvil, atónito, admirando, a full de excitado, lo tenía tan duro que no podía disimularlo. Sigo mirando con respiraciones casi convulsivas y veo como comienza a secarse desde el pelo hacia abajo. Cuando llega al entrepiernas de detiene un poco más de la cuanta y cuando sigue hacia abajo me di cuanta que lo había dejado más dilatado aún, pero seguía colgando. Rápidamente se puso la toalla amarrada a la cintura y salió.

Yo de un salto me metí a mi cama, estaba despalda, así es que flexioné mis piernas para evitar que se notara mi erección completa.

Abrió la puerta y entró, le pregunté como estuvo la ducha y me dijo que buena, estaba rica el agua. Me preguntó, ahora vas tú? Si le dije y cambié el tema esperando que se sacara la toalla frente a mi, pero no, se puso la polera y sin sacarse la toalla, se puso sus calzoncillos. Antes que terminara de vestirse, me destapé y noté que de reojo me miró el paquete. Yo estaba con calzoncillos, pero tenía una poza, por lo mojado que había quedado.
Hizo como que se estaba abrochando las zapatillas, porque las tenía abrochadas y las desabrochó, para mirarme. Sospeché de eso y dije, capaz que sea gay. Mañana al despertar veré. Si se calentó por verme en pelota, en la próxima ducha se va a pajear.

Pasó el día, sin nada especial y cuando llegó la noche nos fuimos a dormir. Despertamos casi al unísono. Ahora nos tocaba el cuento de la ducha. Igual que el día anterior, le dije que fuera primero y me dijo que ok. Se levantó y se metió al baño. No se afeitó. Se desnudó y mientras daba el agua caliente se puso a jugar con su pene.

En el baño, justo al frente de la ducha había un espejo de cuerpo entero y casi pegado al espejo estaba el estanque del WC, precisamente entre el espejo y el estanque estaba el agujero por el cual yo cuarteaba, a la altura de las caderas.

Imagínense la sorpresa de ver que en vez de entrar a la ducha inmediatamente, como lo había hecho el día antes, se da vueltas y se para frente al espejo (o sea frente a mi) se acerca a el, casi le podía oler su verga y comienza a pajearse.

Que maravilla, me dije. Esto es mejor que una porno. No quiso acabar frente al espejo y se metió a la ducha. Al salir de ella, pude ver su pico flácido, pero con el glande muy prominente, señal que si se había masturbado en la ducha.

Bueno, si se tentó por mirarme y se pajeo, a la noche, lo tentaré más aún. Y así lo hice.

Tomamos algunos pocos tragos de ron-cola, y le dije “¿vamos a costarnos?”, con cierta picardía y él como si nada me dijo que “si, porque estoy un poco mareado”. Me dijo que primero iría al baño. Yo la noche anterior, aproveché ese tiempo para desvestirme, pero me dije, lo esperaré para desnudarme delante de él. Me fui a tomar los pocos de copetes que quedaban en los vasos y llevé las cosas para la cocina y ordené someramente.

Al verlo que entró a la pieza, lo seguí. “Estoy medio entonado”, sentenció, yo igual, respondí. Y comencé a sacarme la ropa, tiré las zapatilla, calcetines, polerón, y él me hablaba de cualquier cosa sentado en la cama; mmmmmm pensé está haciendo tiempo para cuartearme. Bueno, si quiere verme en pelota que me vea, eso lógicamente me ponía cachondo, y seguí, pantalón, polera y finalmente los calzoncillos. 
Sin tenerlo parado, estaba muy dilatado.
Cuando pasé delante y muy cerca de él, se puso de pie y comenzó a desnudarse y también quiso hacer gala de su desnudez y se vino a poner los pantalones del pijama, frente a mi y ciertamente con su pene mucho más grande que como lo había visto al salir de la ducha.

Se acostó y seguíamos conversando. Yo estaba caliente, por vérselo a punto de excitarse. Le dije: “voy a apagar la luz”, la de la lámpara de velador. Me comencé a masturbar, a oscuras, mientras hablábamos. Sentía que se movía dentro de su cama, parecido a lo que yo estaba haciendo y pensé cómo saber si se está pajeando. Se me ocurrió decirle que quería fumar un cigarrillo (en esa época fumaba) y que prendería la luz y me levantaría para ir al living. Pararon sus ruidos y me levanté, fui al living y volví y me paré frente a la luz a encender mi cigarro, con mi verga dura y mojada. Y me dijo, que parada la tienes, si le respondí, cuando me copeteo me pongo caliente. ¿Y te vas a correr una paja?, me dice. No, le dije, me da lata pajearme mientras tu tratas de dormir. No tengo sueño, todavía, me responde. Además yo también me pongo caliente cuando me curo un poco, mira! Y saca su pico completamente erecto. Yo me recosté sobre mi cama y comenzamos a pajearnos. Mmmm, lo tienes grande y peludo, como una forma de retribuir a su gentileza de dejarme ver su desnudez en estado de excitación, le dije; a lo que me respondió: tu también, lo tienes peludo, cabezón y grueso. Si, pero tu lo tienes más largo. Un extraño intercambio de alabanzas por nuestros penes, que resultaba un poco ciútico, pero que nos daba tiempo y posibilidad de admirarnos mutuamente, sin que alguno pareciera hacer ni más ni menos que el otro.
Acabó primero que yo y me ofrecí para ir a buscarle algo con que limpiarse. Mientras le pasaba el papel higiénico, pude ver la buena porción de blanco semen que eyaculó sobre su abdomen, que contrastaba con el oscuro, extenso y nutrido vello púbico, que lo hacía extremadamente excitante para mi, por lo cual mientras se limpiaba, acabé mirando ese espectáculo, evitando esparcirlo con una de mis manos. El se dio cuenta y prontamente sacó más papel higiénico y fue al encuentro de mi rígida verga. A lo cual le di las gracias. Nos limpiamos y nos dimos las buenas noches, diciendo que ahora íbamos a dormir muy profundamente.

Al despertar, fui a baño, al volver, estaba mirando con los ojos entre abiertos. Me acosté y se levantó y lo recibí de vuelta de igual manera. Parece que ambos disfrutábamos de vernos en pelota, sin tapujos.


Aprovechando que estoy metido en la cama, en pelota con estos buenos recuerdos y unos videos, haré honor a mi calentura, con una lenta, dilatada y profusa paja.

Saludos y gracias por leer, estas pendejadas. Un abrazo

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