viernes, 29 de junio de 2012

“¿Pobrecitos?”


En la televisión, vi un reportaje a un niño que tiene una enfermedad que lo mantiene en silla de ruedas. Lo muestran en su casa y colegio (Felipe Paredes). Entrevistan a su familia y amigos. De manera unánime manifiestan quienes lo conocen las cualidades de fortaleza, perseverancia, solidaridad, espíritu de superación, buen amigo, buen hijo y por sobre todo las ganas de vivir.
Es como cuando te muestran los reportajes preparados para la Teleton, o el caso de Kevin Silva (el chileno que llevó la antorcha olímpica en Londres 2012), son conmovedores.

Te estremecen y cuestionan. Y ¿por qué?

Probablemente sea porque sabiendo lo difícil que se les ha puesto la vida, lo hacen con la frente en alto y dispuestos a salir a delante.

Inevitablemente piensas: “ ¡y yo me quejo de mi vida! ”.

Pero aparte de quejarnos, no somos ni la mitad de buenos de lo que ellos logran ser.

Son seres humanos completos, aunque les pueden faltar parte de su cuerpo o por enfermedades invalidantes no logran ser completamente independientes.

Son seres humanos mucho más completos que cualesquiera de nosotros.

Es una paradoja, que para los ojos de todo el mundo sean los “pobrecitos”, compadeciéndolos por lo que no tienen o han perdido; y no admirarlos por lo que han logrado ser. El mundo está al revés.

Que lástima que pasemos tanto tiempo preocupados de nuestra vanidad y belleza exterior, sin equilibrarlo con la interior; al final es la que cuenta.

Yo soy cristiano (no de la iglesia católica, apostólica, romana) y creo en que Dios nos dio capacidades y dones, que al final, cuando cumplimos lo que vinimos a hacer aquí, debemos rendir cuentas: cómo y para qué los usamos.

Para quienes sean agnósticos, la pregunta es ¿para qué pasamos por este mundo?

A los "pobrecitos" trataré de imitarlos, son un digno ejemplo!


Nuevamente, Gracias por su tiempo.

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